La sangre de un humano sano
siempre ha sido del mismo color. De un rojo brillante cuando va cargada
de oxígeno, y de un rojo más espeso y oscuro, cuando circula por las venas
antes de llegar a los pulmones.
No han sido pocas las veces
en las que los nobles han regado los campos de batalla con su sangre y aún así ha
llegado hasta los tiempos actuales el concepto de sangre azul para
referirse a la nobleza y a la aristocracia. O incluso el de príncipe azul. La
expresión nació en la España
del siglo IX.
En esta época los nobles
demostraban su pedigrí sosteniendo en alto el brazo de su espada para
mostrar la filigrana de venas azuladas bajo su piel pálida.
Esta demostración de venas
azuladas era en plena Reconquista una evidencia de que los nobles
eran suficientemente pálidos como para probar que no habían mezclado
su sangre con la de los moros o los judíos. Y al mismo tiempo, este detalle les
distinguía de aquellos campesinos y trabajadores que se bronceaban bajo el sol. Espero que con esta explicación sepáis el origen de la sangre azul.