sábado, 13 de agosto de 2016

La 'animalista' afición que une la taxidermia y la pasión por los drones

El inventor holándes Bart Jansen ha creado un arte que mezcla ingenieria y taxidermia a partes iguales. Muy polémico en las redes sociales, este inventor ha aprovechado su afición para elaborar drones a partir de los cuerpos disecados de las mascotas. Todo comenzó en 2012 cuando su gato, Orville, murió trágicamente. "Quería hacerle un monumento a mi gato que se llamaba así en honor a Orville Wright, pionero de la aviación", explicó a distintos medios locales.
Tras acabar el proyecto, denominado "Orvillecopter", con la ayuda de un experto en drones, decidió no acabar allí su aventura y comenzó a centrarse en otros animales. Así es cómo en apenas cuatro años ha convertido a ratas, tiburones y hasta avestruces en drones voladores. En la actualidad se encuentra inmerso en la fabricación de una vaca voladora que espera que sea "cómo un trasportador bovino".